Fundado en el siglo XIII por el abad Pedro de Meneses como hospital de campaña, durante la conquista del valle del Guadalquivir por el rey Fernando III el Santo.
- Heráldica:
El origen de Pedro Abad, tal y como lo conocemos hoy día, procede
de la conquista, en época musulmana, de Córdoba por el Rey Fernando
III. Cuenta Ramírez y de las Casas Deza, y aportadas por Osuna y
Cabrera, en la trascripción de las copias de un manuscrito aparecido en
la ermita del Santísimo Cristo de los Desamparados de Pedro Abad, que el
monarca creó a finales del 1235, en el lugar que hoy ocupa la
población, un campamento convertido después en hospital, donde se
instaló para ofrecer auxilio espiritual el abad Pedro de Meneses, que
traía consigo un crucificado. Los diversos hechos milagrosos atribuidos a
esta imagen hicieron que Fernando III mandase construir una ermita y
casas para los que quisieran habitar en dicho lugar, que estaban exentos
de todo pecho o tributo.
La vinculación del abad Pedro de Meneses a la población es de una
importancia vital. El Abad Pedro, de origen gallego, nació en
Campobecerros, y siendo párroco en Santa María de la Mama es convencido
para participar en la conquista del sur de la península, por lo que se
traslada con una imagen de Cristo Crucificado, que poseía por herencia
familiar; imagen que es venerada con el nombre de Santísimo Cristo de
los Desamparados. Lo anteriormente expuesto y la existencia de una
fuente en el lugar, que formaba parte de un camino bastante transitado
en el siglo XIII, darían el nombre primitivo a la recién creada aldea:
Fuente de Per Abad, según consta en un documento fechado en 1272, (se
refiere a su iglesia, la cual pertenecía al arcedianato de Córdoba,
mencionando el lugar como Fuente de Per Abad), donde aparece este
topónimo.
En sus inicios la aldea se encontraba en la ruta principal por
oriente del Valle del Guadalquivir y pertenecía a Algallarín, pronto,
con motivo de la importancia que iba adquiriendo por los referidos
milagros y hechos extraordinarios ocurridos, se le señalarían sus
propios términos.
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